Poco y nada se sabe sobre la comunicación popular. Los grandes peces tienen el deber
de preservar el cerco mediático y el pez estatal velará por alimentar a los grandes, en
desmedro de los chicos. Sin embargo no somos tan chicos. La comunicación popular,
alternativa y comunitaria existe en cuanto haya organización social. He aquí unos
retazos para comprender esta historia y motivarse a seguir construyéndola.
Por: Baby Rasta ECP
Volvamos al pasado. Fines del siglo XIX e inicios del próximo, cuando las primeras organizaciones obreras se agrupaban en sindicatos, mutuales y mancomunales exigiendo condiciones laborales dignas. En ese entonces, la dificultad de educarse y crear conciencia de clase era facilitada por los periódicos obreros, que permitían la expresión popular con su cultura y política, marcada por la ideología anarquista, socialista o demócrata.
Un personaje fundamental en este proceso fue Luis Emilio Recabarren, quien ayudó a conformar y desarrollar la prensa obrera, especialmente por su voluntad de organización y conocimientos tipográficos y literarios. En una columna del periódico La Democracia de 1901, Recabarren afirmaba que “la prensa obrera tiene por misión sagrada, contribuir a la ilustración y difundir la cultura en las costumbres de los pueblos (…) debe ser un libro en el cual encuentre la savia vivificante para fortalecer el espíritu, cuando abatido por las luchas de la vida, se siente adormecer.”
La persistencia de los medios
Una característica de los medios populares, aparte de informar, culturizar y crear
conciencia, es que el medio no se constituye por sí solo, sino como necesidad de una
organización que apunta socializar un mensaje colectivo, dirigido a las autoridades y a
la población en general. Sin embargo no todos los medios son iguales, ya que se prioriza
en función de los objetivos. En función de esto, señalaremos tres conceptos clave: lo
comunitario, popular y alternativo de los medios.
Por comunitario vamos a entender una acción colectiva, que se desarrolla con el fin
de organizar a la comunidad y generar dinámicas de participación entre los pares. La
comunicación comunitaria pone énfasis en el proceso de trabajo antes que en la finalidad
de éste y trabaja con los códigos propios de una comunidad asentada en un territorio. Por
ejemplo, esta revista es comunitaria.
Lo alternativo es aquello que se posiciona como una opción distinta a los medios
tradicionales de comunicación masiva, dando espacio a actores sociales excluidos del
entramado mediático hegemónico. De esta forma, el contenido y códigos apuntan a un
público masivo.
Lo popular se entiende como el saber generado por los pueblos, que asumen la vivencia
cotidiana como un espacio de construcción constante de realidad. Es el intercambio de
experiencias, informaciones, expresiones que realiza el pueblo en su propio seno hacia el
resto de la sociedad, en su tarea de constituirse como sujeto histórico.
Asumiendo que estos tres conceptos en ningún caso son excluyentes, sino que se
complementan en función del contexto en el cual se desarrolla el medio, cabe reflexionar
cuál es el discurso y el sujeto histórico que hoy se manifiesta a través de los medios
comunitarios, alternativos y/o populares. Para ello, sabemos que existe una concentración
absurda de los medios de comunicación masivos: El Mercurio y Copesa concentran el
95% de la prensa escrita En radio existen seis grupos económicos que concentran el
70% del espectro. Los tres principales son Iberoamericana Radio Chile, Grupo Dial y
Grupo Bezanilla. La televisión abierta está comprada por grandes empresas: El 67% de
Canal13 pertenece a Andrónico Luksic, dueño de CCU, Minera Pelambres y Banco de Chile.
Chilevisión pertenece a la empresa gringa Time Warner. Megavisión ahora pertenece al
grupo Bethia, dueño de Falabella, Sodimac y Tottus.
Los medios de comunicación comunitarios surgen con fuerza en la dictadura militar,
como contrainformación desde la clandestinidad producto de la censura impuesta por
el régimen. Hoy existen muchos medios a lo largo del país, que deben sobrevivir en
condiciones precarias, ya que las posibilidades de obtener una concesión estatal son
mínimas. No existen incentivos para que las comunidades trabajen con sus propios
medios, más bien se fomenta los allanamientos por considerarlas ilegales y se aumenta el
avisaje estatal a los grandes peces.
Sin embargo se puede participar. Acá mismo en Macul, Ñuñoa y Peñalolén. En la
población Lo Hermida está Canal8 que trabaja hace varios años en la población
transmitiendo cada fin de semana. También
funciona la Radio El Encuentro, en Peñalolén. Esta radio sí es autorizada. En el ICEI puedes encontrar la Radio JuanGómez Millas y la Escuela de Comunicación Popular.
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